La sombra oculta de los sueños.
La locura que hiere.
Todo lo que nos da la naturaleza no son más que posibilidades y potencias, que luego nosotros debemos pasar hacer pasar a acto...las virtudes las adquirimos desde el comienzo por medio del ejercicio, como ocurre igualmente en las diferentes artes y en los diferentes oficios. Lo que hemos de realizar (...) lo aprendemos por la práctica: por ejemplo construyendo se hace uno arquitecto, y tocando la cítara se viene a ser citarista. Igualmente, a fuerza de practicar la justicia, la templanza y la valentía llegamos a ser justos, sobrios y fuertes.Aristóteles: Etica a Nicómaco.
“Palomas que juegan al ping pong, cerdos que pasan el aspirador, monos que prefieren una madre blanda de felpa que no les amamanta a una rígida de alambre con un biberón…Y, en el caso de los humanos ¿Sería usted capaz, por ejemplo, si alguien se lo ordenara, de someter a otra persona a una descarga eléctrica de 300 voltios? ¿O de confesar, después de que alguien le asegurara que usted lo hizo, un crimen que nunca cometió?”Estos temas aparecen tratados en la obra Cuerdos Entre Locos de Lauren Slater. En ella se exponen de forma amena, sencilla y divulgativa una serie de experiementos psicológicos famosos. Entre estos experimentos destacan:
En 2º de Bachillerato hemos comenzado haciendo un resumen sobre los puntos más importantes de las ideas filosóficas antes de comenzar con el primer autor obligatorio: Platón.
Como hemos lo hemos realizado en forma de esquema y muy rápido, os dejo unos textos para reflexionar sobre el panorama de lo que se conoce como paso del mito al logos y de los primeros temas de reflexión filosófica.
“Antes de la invención de los ordenadores, la gente sólo podía publicar sus pensamientos en libros impresos. Antes de la invención de la imprenta, sus ideas se copiaban cuidadosamente a mano en códices. Antes de los códices, las escribían en rollos de papiro o las grababan en piedra, en tablillas enceradas o en arena. Antes de la invención de la escritura, cantaban canciones y se entretenían contándose historias, relatos sobre como combatieron los héroes en Troya, sobre como lucharon los gigantes contra los dioses, o sobre como la tierra generó a los seres vivos y adonde iban los muertos cuando dejaban a los vivos.
Fue en esta época (…) cuando algunos sabios en el extremo oriental del mundo griego inventaron la filosofía. Empezaron a cantar, no a los dioses y héroes, sino a lo que existe, preguntándose de dónde venía y porqué. Finalmente algunos de ellos comenzaron a escribir sus ideas para la posteridad”
Osborne, C.: Presocratic Philosophy
LOS JONIOS
“Viajeros avisados, comerciantes habituados a ver y oir a una amplia clientela, observadores curiosos de mundos tan diversos como los de Egipto, Caldea, etc…, los jonios acumulaban sin cesar ideas y más ideas, y gastan este tesoro según su fantasía. Antes de ellos nadie había explicado la Naturaleza; todo lo que asombraba alas gentes se daba por divino. El espíritu positivo de los jonios no admitía ya el prodigio y querían explicarlo, comprenderlo. Sus primeras hipótesis no por ingenuas habían de ser menos fecundas: cada uno enmendaba la teoría de su predecesor y entre todos contribuían a fundar la ciencia.”
Cohen,R: Historia de Grecia
Tienes catorce años y preguntas cosas para las que no tengo respuesta. Entre otras razones, porque nunca hay respuestas para todo. Y además, he pasado la vida echando la pota mientras oía a demasiados apóstoles de vía estrecha, visionarios y sinvergüenzas que decían tener la verdad sentada en el hombro. Yo sólo puedo escribirte que no hay varitas mágicas, ni ábrete sésamos. Esos son cuentos chinos. De lo que sí estoy seguro es de que no hay mejor vacuna que el conocimiento. Me refiero a la cultura, en el sentido amplio y generoso del término: no soluciona casi nada, pero ayuda a comprender, a asumir, sin caer en el embrutecimiento, o en la resignación. Con ello quiero sugerirte que leas, que viajes, y que mires. Fíjate bien. Eres el último eslabón de una cadena maravillosa que tiene diez mil años de historia; de una cultura originalmente mediterránea que arranca de la Biblia, Egipto y la Grecia clásica, que luego se hace romana y fertiliza al occidente que hoy llamamos Europa. Una cultura que se mezcla con otras a medida que se extiende, que se impregna de Islam hasta florecer en la latinidad cristiana medieval y el Renacimiento, y luego viaja a América en naves españolas para retornar enriquecida por ese nuevo y vigoroso mestizaje, antes de volverse Ilustración, o fiesta de las ideas, y ochocentismo de revoluciones y esperanzas. 0 sea, que no naciste ayer.
Para conocerte, para comprender, lee al menos lo básico. Estudia la Mitología, y también a Homero, y a Virgilio, y las historias del mundo antiguo que sentó las bases políticas e intelectuales de éste. Conoce al menos el alfabeto griego y un vocabulario básico. Estudia latín si puedes, aunque sólo sea un año o dos, para tener la base, la madre, del universo en que te mueves. Da igual que te gusten las ciencias: ten presente -como siempre recuerda Pepe Perona, mi amigo el maestro de Gramática-, que Newton escribió en latín sus Principia Mathematica, y que hasta Descartes toda la ciencia europea se escribió en esa lengua. Debes hablar inglés y francés por lo menos, chapurrear un poco de italiano, y que el estudio del gallego, del euskera, del catalán, que tal vez sean tus hermosas y necesarias lenguas maternas, no te impida nunca dominar a la perfección ese eficaz y bellísimo instrumento al que aquí llamamos castellano y en todo el mundo, América incluida, conocen como español. Para ello, lee como mínimo a Quevedo y a Cervantes, échale un vistazo al teatro y la poesía M siglo de Oro, conoce a Moratín, que era madrileño, a Galdós, que era canario, a Valle-Inclán, que era gallego, a Pío Baroja, que era vasco. Rastrea sus textos y encontrarás etimologías, aportaciones de todas las lenguas españolas además de las clásicas y semíticas. Con algunos de ellos también aprenderás fácilmente Historia, y eso te llevará a Polibio, Herodoto, Suetonio, Tácito, Muntaner, Moncada, Bernal Díaz del Castillo, Gibbon, Menéndez Pida¡, Elliot, Fernández Álvarez, Kamen y a tantos otros. Ponlos a todos en buena compañía con Dante, Shakespeare, Voltaire, Dickens, Stendhal, Dostoievski, Tolstoi, Melville, Mann. No olvides el Nuevo Testamento, y recuerda que en el principio fue la Biblia, y que toda la historia de la Filosofía no es, en cierto modo, sino notas a pie de página a las obras de Platón y Aristóteles.
Viaja, y hazlo con esos libros en la intención, en la memoria y en la mochila. Verás qué pocos fanatismos e ignorancias de pueblo y cabra de campanario sobreviven a una visita paciente a El Escorial, a una mañana en el museo del Prado, a un paseo por los barrios viejos de Sevilla, a una cerveza bajo el acueducto de Segovia. Llégate a la Costa de la Muerte y mira morir el sol como lo veían los antiguos celtas del Finis Terrae. Tapea en el casco viejo de San Sebastián mientras consideras la posibilidad de que parte del castellano pudo nacer del intento vasco por hablar latín. Observa desde las ruinas romanas de Tarragona el mar por el que vinieron las legiones y los dioses, intuye en Extremadura por qué sus hombres se fueron a conquistar América, sigue al Cid desde la catedral de Burgos a las murallas de Valencia, a los moriscos y sefardíes en su triste y dilatado exilio. En Granada, Córdoba, Melilla, convéncete de que el moro de la patera nunca será extranjero para ti. Y sitúa todo eso en un marco general, que también es tuyo, visitando el Coliseo de Roma, la catedral de Estrasburgo, Lisboa, el Vaticano, el monte San Michel. Tómate un café en Viena y en París, mira los museos de Londres, descubre una etimología almogávar en el bazar de Estambul o una palabra hispana en un restaurante de Nueva York, lee a Borges en la Recoleta de Buenos Aires, sube a las pirámides de Egipto y a las mejicanas de Teotihuacan. Si haces todo eso -o al menos sueñas con hacerlo-, conocerás la única patria que de verdad vale la pena.
"Esta música se deslizó junto a mí sobre las olas»
y a lo largo del Strand, calle Reina Victoria arriba
oh Ciudad Ciudad, a veces puedo escuchar
cerca de un bar de la calle Lower Thames,
el agradable lamento de una mandolina
y la bulla y la charla que sale del interior
donde los vendedores de pescado huelgan al mediodía:
donde los muros
de Magnus Mártir conservan
un inefable esplendor de jónica blancura y oro.
El río suda
aceite y brea
las barcazas derivan
con la cambiante marea
velas rojas
anchas
a sotavento, oscilan en los mástiles
las barcazas hunden
leños flotantes
al sur de Greenwich
más allá de la Isla de los Perros."
T.S. Eliot
"La vida es bella donde los relojes no cesan.
¿Pero qué corazón no oye el Big Ben sin un ahogo?
El Yamesis fluye hinchado como una vena.
Los remolcadores de Chelsea ululan con voz grave.
Es hermoso Londres, más ancho que alto,
tendiéndose, infinito, hasta el mar que lo acoge.
Y cuando duermo se funden los números de teléfono
de mi casa de ayer con los de hoy como cifras imposibles.
Y el dedo que marca el disco hecho luna invernal
sólo obtiene la neutra respuesta:
"ocupado", ese ruido hueco
más inevitable que la voz de Dios."
Partes de la oración y otros poemas. Brodsky
Durante un proyecto semanal, el profesor Rainer Wenger enseña a los estudiantes de su clase el tema de la autocracia como forma de gobierno. Los estudiantes se muestran escépticos ante la idea de que pudiera volver una dictadura como la del Tercer Reich en la Alemania de nuestros días y creen que ya no hay peligro de que el nacionalsocialismo vuelva a hacerse con el poder, porque a pesar de haber pasado décadas, las nuevas políticas y tecnologías arbitrarían el proceso de un mandato nuevo autocrático. El profesor decide empezar un experimento con sus alumnos para demostrar lo fácil que es manipular a las masas. A través de su lema: "fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo", haciendo hincapié en ello, de tal forma que cada día los alumnos siguieran una nueva regla. Por ejemplo, el profesor logró que todos ellos entrasen a su aula y, en menos de 30 segundos, se hubieran sentado todos ellos con actitud atenta y con la espalda bien recta, resueltos a iniciar la clase. El interés por la forma de cómo se ejecutaban esas clases creció, haciendo que jóvenes de otros cursos se cambiaran de aula hasta ser un curso numeroso, derivando en fanatismo. El grupo llega incluso al extremo de inventar un saludo y a vestirse de camisa blanca. El popular curso se decidió llamar "La Ola", y a medida que pasaban los días, "La Ola" comenzaba a hacerse notar mediante actos de vandalismo, todo a espaldas del profesor Wenger, que acaba perdiendo el control de la situación.
Esta película invita a reflexionar sobre otros temas como: la importancia de la pertenencia a un grupo, el poder de los símbolos, el control sobre los individuos, la necesidad humana de identificación con otros o bien de diferenciación, la adolescencia como periodo en el que el individuo es fácilmente influenciable, las diferentes expectativas de los jóvenes...
Ocurren muchas cosas en La carretera. La mayoría de ellas horrorosas, pero también hay respiros y oasis, la sensación de que en el mundo que se ha tornado embrutecido y salvaje, en el que la única norma es el sálvese quien pueda, hay vestigios de humanidad. Es dura pero también muy tierna la historia de amor entre ese padre forzosamente pragmático y ferozmente precavido ante los monstruos que les amenazan y ese hijo que no ha perdido la inocencia a pesar de los pesares. Sus escasos y compartidos momentos de alegría te conmueven y cuando todo invita a la claudicación a ti también se te encoge el alma. Nunca he oído un llanto tan auténtico e hiriente (ignoro lo que habrá hecho con él los casi siempre temibles doblajes) que el de ese crío a la intemperie.
Los recuerdos modelan nuestras acciones, nos acompañan y nos dan sentido del yo. Sin recuerdos no sabríamos quienes somos, cómo fuimos alguna vez ni quienes desearíamos ser en un futuro memorable. Somos la suma de nuestros recuerdos. Nos proporcionan un sentido privado y continuo del yo. Cambiar de memoria es cambiar de identidad. Aunque no son esenciales para la superviviencia, enriquecen la vida cotidiana. Los recuerdos compartidos nos unen a nuestros seres queridos, vecinos y contemporáneos. Si perdemos la memoria, quedamos a la deriva en un mundo ajeno.Ackerman.D.: Magia y misterio de la mente.
Aquí dejo el trabajo de Maquiavelo y Rousseau. Hay que entregarlo la semana del 9 de diciembre según las pautas que se indican. MAQUIVELO ...