La Filosofía surge de la capacidad del hombre de sentir asombro y temor. No podemos permanecer contentos hasta que no tenemos una explicación de porque los cielos son como son, por ejemplo. Este descontento nos arrastra a querer buscar explicaciones. En la búsqueda de explicaciones los hombres tropiezan con dificultades. Estas son el punto de partida de la Filosofía: problemas y enigmas. No es que el mundo sea enigmático, sino que se presenta enigmático para seres como nosotros.
Cuando nos planteamos cuestiones sobre el mundo se pone en marcha la actividad filosófica. Lo que deseamos es hacer el mundo inteligible, es decir, comprenderlo. Además comprender el mundo supone también comprender el lugar que ocupamos en él, por tanto entendiendo el cosmos nos comprendemos a nosotros mismos.
¿Qué es la filosofía?- preguntan los alumnos.
Pueden darse muchas respuestas, pero quizás la más sencilla, la más definitiva sea la que representa Aristóteles: el intento de comprender lo que nos rodea, porque nuestra propia naturaleza nos lo exige. No somos plantas, no somos ranas, ni caballos... No deberíamos contentarnos con vivir, alimentarnos, reproducirnos. Estas actividades nos producen placer, por supuesto, pero por nuestra esencia queremos satisfacer otros deseos como el de comprender lo que nos rodea y a nosotros mismos.
Aristóteles poseía una gran fe en el mundo y su filosofía constituye quizás el mejor ejemplo de como entenderlo y desentrañarlo que se haya producido nunca.